En el paraíso tropical de Nuxco, como bien dice la guitarra de don Regino, uno la pasa de lo más sabroso, como se puede apreciar en la fotografía que enmarca esta entrada. (Aqui cabe un agradecimiento a la fabs por ser la fotógrafa oficial de la banda.)

Todo bien con la vacación. Jueves y viernes no tuvieron nada de santos, pero el sábado sí que fue de gloria y ni que decir del domingo de resurrección. La piedra fue removida de nuestras tumbas y tuvimos que retomar la autopista del sol.

Ahora resulta que debería dictaminar los textos correspondientes al mes de marzo que llegaron a la cuenta de parapublicar@lenguaraz.com, o redactar un artículo para Metapolítica, o editar el libro de Zazil Collins, o sencillamente arriar la vaca ya que anda de huevona y no quiere caminar. Pero no, prometí rescatar del abandono a este blog después de las vacaciones. Dejo testimonio de que Nuxco sí existe y una minimáxima nivel 1:

Hambre